Vemos al Veganismo como una elección que va mucho más allá del maltrato hacia los animales. Es una elección de reflexión y de constante cuestionamiento hacia los tradicionalismos culturales y morales.
Hemos heredado una cultura antropocentrista y patriarcal procedente de hace ya miles de años. Esta forma soberbia y egoísta de concebir el mundo tiene ruinosas consecuencia. Es el mismo pensamiento turbulento que genera oscuros comportamientos en algunos individuos, individuos que terminan por involucrar a comunidades completas en conflictos, guerras, mentiras, muerte y sufrimiento para poder así obtener más poder en sus bolsillos. Si este pensamiento autoritario y tirano es capaz de someter a sus propios compañeros de especie, es decir, a los humanos, no es difícil imaginar las consecuencias para los animales y todo el ecosistema. Creemos que este es uno de los puntos de origen que conlleva a considerar a los animales y al medio ambiente, es decir, a toda la Tierra, como un "bien" exclusivamente hecho para nosotros, los humanos. Este pensamiento soberbio y egoísta es extremadamente limítrofe: "primero estoy yo, luego yo y después yo". Una vez que aceptamos este modo de desenvolvernos, este modo "yoísta", este modo egocéntrico, valores como la humildad y la solidaridad se hacen añicos. Los que pagan son los mismos: las naciones y comunidades explotadas por los grupos empresariales, los niños que mueren de hambre, las mujeres sin derechos maltratadas por el machismo (otra expresión de la soberbia y los tradicionalismos culturales), las razas que no son de color blanco, los adolescentes que trabajan en Honduras o indochina para alimentar a su familia. Después de esto, ¿qué podemos esperar para el medio ambiente?, una discriminación aún más atroz, ya que incluso grupos de personas que se hacen llamar "con conciencia social", tiran a la basura toda su "conciencia" cuando se trata de llevar esa ética "de conciencia" hasta todos los horizontes posibles. Animales y medio ambiente no importan mientras satisfagan mi paladar, mientras me brinden diversión, mientras me proporcionen la comodidad que yo necesite. Una vez que concebimos al mundo de esta forma, todo lo demás es predecible: caza de animales por "entretención", tala indiscriminada de bosques nativos, destrucción de la capa de ozono, experimentar con animales estando estos vivos y conscientes, contaminación de ríos, lagos y océanos, matar animales por sus pieles y satisfacer así nuestros caprichos de ultima moda, contaminar los aires a tal punto que nos encontramos en una cuenta regresiva gracias al efecto invernadero intensificado que genera el actual calentamiento global del planeta , asesinar ballenas por su "exquisita" carne, encerrar de por vida a especies "exóticas" en esa cárcel que llamamos eufemísticamente zoológico, "mover" glaciares para explotar una mina de algún metal precioso, mantener a millones de animales confinados en las más aberrantes condiciones que se puedan creer para satisfacer nuestro paladar. y así interminables practicas que reflejan la soberanía del hombre por sobre todo.
Es entonces cuando aparece este nuevo pensamiento. El Veganismo esconde un profundo cuestionamiento hacia la existencia. Es, en sí mismo, la respuesta hecha praxis ante el antropocentrismo ( "hombre centro del universo" ). El Veganismo es una mirada de humildad y respeto hacia el mundo, hacia la vida. Es la práctica de una corriente de pensamiento que ve al ser humano como parte del mundo, y no como dueño del mundo .
Si comenzásemos a relacionarnos de forma no autoritaria entre nosotros y con nuestro entorno eco-sistémico, teniendo como base valores ya olvidados, como la solidaridad, la humildad, el amor y la libertad, creemos que las prácticas que impliquen dolor y sufrimiento, para humanos y no humanos, terminarán por abolirse.
El Veganismo, por último, no se basa en "sentimentalismos baratos", sino en la fuerza de nuestros argumentos fundados en la razón y la conciencia.
"La liberación animal requiere mayor altruismo por parte de los seres humanos que ningún otro movimiento de liberación. Los animales por si mismos son incapaces de exigir su propia liberación, o de protestar contra su situación con votos, manifestaciones o boicots. Los seres humanos tenemos el poder de continuar oprimiendo a otras especies para siempre, o hasta que convirtamos el planeta en un lugar inhabitable para ningún ser vivo. Podemos permitir que nuestra tiranía continúe, demostrando que la ética no sirve de nada cuando choca con los intereses personales. O podemos enfrentarnos al desafío y demostrar nuestra capacidad de un altruismo genuino acabando con la explotación despiadada de las especies que tenemos a nuestro cargo. Ahora podemos demostrar que el ser humano puede ser altruista hacia las demás especies". (Peter Singer, en su libro "Liberación Animal").