La Declaración de los Derechos del Animal, ratificada por la ONU y la Unesco, reacciona contra los crímenes del hombre contra la naturaleza y los animales, y aspira a que el "homo sapiens" reconozca el derecho a la existencia de otras especies animales, fundamento de la coexistencia universal.
No cabe duda de que Guillermo Vargas Habacuc, pretendido artista costarricense, no ha tenido oportunidad de asimilar estas y otras declaraciones que, por consideración al propio ser humano, buscan que se comprenda, respete y ame a los animales. Habacuc, realizando lo que llama arte conceptual, mostró en agosto pasado en una galería de Managua a un perro abandonado, famélico y enfermo, al que mantuvo amarrado a corta cadena, sin comida ni agua mientras duró su seudo experiencia artística, hasta que el pobre animal se murió de inanición.
Lo singular es que esta "obra" fue presenciada sin reclamos por el público, e incluso premiada por su originalidad. Es más, se ha invitado a Habacuc a repetir su instalación en la próxima Bienal Centroamericana de Honduras, en noviembre próximo. Un planteamiento de rechazo a esta brutalidad primaria ha logrado hasta ahora el respaldo de más de un millón de personas.
La campaña de repudio a esta expresión de salvajismo recorre los correos informáticos del mundo entero. Quien adhiere obtiene que los quiltros lo saluden moviendo su cola. Ellos saben ser agradecidos.
CORUSCO
Martes 01 de Abril de 2008
Fuente.Blog.elmercurio.com